Quienes aplicamos inductivamente la selección,
quienes dejamos guiarnos por las ilusiones de la pasión,
quienes cambiamos la magia de las palabras por el misterio de las miradas,
quienes damos todo al todo para no fragmentarlo individualmente en dos, esperando a que se mantenga hasta el final lo mejor,
quienes terminamos dibujando el techo de quienes terminan en la cama,
quienes suplicamos por no despertar solos en las mañanas,
quienes preferimos el conocimiento que brinda la armonía de la distancia,
quienes consideramos innecesario hablar del grano pues lo que importa es cuanto alimenta al anhelo...
quienes cambiamos la magia de las palabras por el misterio de las miradas,
quienes damos todo al todo para no fragmentarlo individualmente en dos, esperando a que se mantenga hasta el final lo mejor,
quienes terminamos dibujando el techo de quienes terminan en la cama,
quienes suplicamos por no despertar solos en las mañanas,
quienes preferimos el conocimiento que brinda la armonía de la distancia,
quienes consideramos innecesario hablar del grano pues lo que importa es cuanto alimenta al anhelo...
Pues tal vez tantas respuestas se simplificarían con una sola quántica pregunta...
¿Q... te gusta?
¿Q... te gusta?